Los Manglares Mexicanos: Tesoro Nacional de Diversidad e Identidad. Autor: Juan Alberto Ortíz López.
Los manglares son uno de los ecosistemas más característicos de nuestro país, pues su belleza e importancia cautiva la admiración y el aprecio de propios y extraños, ya que su dominio abarca prácticamente ambas costas de nuestro país, lo cual es sumamente trascendente teniendo en cuenta que somos uno de los países con mayores litorales de todo el mundo.
Tanta es la trascendencia de los mismos que incluso han sido plasmados recientemente en el billete de veinte pesos, emitido por el banco de México.
Como ya se ha mencionado, los manglares son ecosistemas costeros en áreas tropicales y subtropicales donde el agua dulce y el agua salina se mezclan.
Es importante recordar la estructura de tales ecosistemas: Recordemos en cuanto a flora, en ellos encontramos arboles y arbustos particularmente adaptados a tan singulares condiciones, de entre los cuales podemos destacar a Salicornia (Salicornia spp.), Hierba de limón (Cymbopogon spp.). Avena de mar (Uniolapaniculata), Helecho serrucho (Nephrolepis cordifolia), y Yagrumo (Cecropia peltata), solo por mencionar algunos, de los cuales surgen los diversos tipos de manglares presentes en nuestro país, como los manglares rojos, negros, blancos, piñuelas y demás. En cuanto a la fauna encontramos una lista muchísimo más extensa, ya que en este, relativamente pequeño ecosistema, podemos encontrar cientos especies terrestres, acuáticas y aéreas de todo el reino animal: destacamos de entre ellas cangrejos, peces, cocodrilos, garzas, monos, coatis y claro, los que a criterio personal son los mas representativos, los jaguares y los flamencos.
Los manglares, como ya se ha precisado en un sinfín de ocasiones, no solo son un verdadero oasis para la vida silvestre y el equilibrio ecológico, sino que actúan como barreras naturales que protegen a la masa terrestre de los efectos causados por eventos meteorológicos como huracanes, ciclones e incluso tsunamis, literalmente son murallas defensoras e impenetrables y en este sentido, causó gran curiosidad una situación que se presento en Quintana Roo recientemente, pues ante la llegada del Huracán Berly, fueron usados para resguardar embarcaciones ante al fenómeno natural, situación que se ha presentado en otras ocasiones y que sin duda resulta irónico, pues aquella especie que está causando su destrucción requiere de ellos en muchas ocasiones.
Sería difícil plasmar en unas cuantas palabras el sentimiento que genera el poder contemplar un manglar en plenitud, mucho menos de los manglares que rodean a nuestro bello país, es difícil dimensionar, por ejemplo, la sensación que se siente al contemplar la imponente maleza que generan los enormes manglares de Puerto Vallarta, Jalisco con sus inmensos árboles, la sorpresa de ver chocar a enormes ríos con el mar en las playas de Chachalacas, Veracruz, o la indescriptible belleza y fascinación al ver las parvadas de flamencos volando sobre el atardecer sobre las playas de Sisal, Yucatán. Los mexicanos no somos conscientes del gran tesoro que tenemos en nuestras manos, ni del daño que le estamos ocasionando, principalmente por la demanda turística e inmobiliaria, que poco a poco está asolando nuestras cosas, que a pesar de ser inmensas, no son infinitas, por lo que principalmente el presente articulo tiene como finalidad el invitar a una reflexión, con especial hincapié a los mexicanos, de que se den la oportunidad de conocer estos paraísos naturales si es que no lo han hecho, y que participen de forma directa o indirecta en su preservación, ya sea apoyando a los programas de conservación, respetando la integridad de los mismos o no participar en su destrucción, pues estamos en camino a perder uno de los regalos más hermosos que la madre naturaleza nos ha dado.
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